Cordial saludo doctor
Alfredo Moreno:
Antes que nada le quería contar cómo va la
evolución de la cirugía. Inicialmente fue muy dolorosa, pero con alegría le
quiero contar que el dolor ya se ha reducido mucho. Un dolor neuropático, es muy difícil de manejar, tanto para el doctor como para
el paciente, y una cirugía es un proceso que también genera mucho dolor,
miedo y angustia. No pensé que sería capaz de soportarlo sin un médico de
verdad…, pero gracias a Dios ya estoy viendo de nuevo la luz al final del
túnel.
Le quiero pedir disculpas si en algún momento fui descortés en mis preguntas y correos después de la cirugía, fue parte del proceso de recuperación, aunque sabía que dentro de muchos médicos, usted era el más competente y experto en esa zona.
Fueron muchos retos para mí, desde desplazarme de mi país, hasta despertarme sola y regresar operada, después de muchas horas de vuelo. Le estoy de nuevo muy agradecida, gracias por todo, por confiar en mí, y que Dios lo bendiga. Las zonas que tenía dormidas lentamente se han ido despertando, todo el proceso es de muchísima paciencia, esta cirugía ha sido una maestría en paciencia. Me sentía muy fuerte pero me di cuenta de lo débil que soy y ante el dolor cualquier ser humano se quebranta.
Gracias por la paciencia, por estar apoyándome, por la acogida y el acompañamiento en Murcia, por las palabras de aliento y por acompañarme temprano al otro día después de la cirugía. Este procedimiento me ha enseñado a ser mejor persona, a valorar más la vida, a reconocer al enfermo y darle unas palabras de aliento en su proceso de recuperación, de alguna manera ser más sensible con el dolor del otro. Una persona enferma, generalmente sufre mucho y hay que darle mucho apoyo y amor para que salga adelante. Doctor Alfredo, un feliz día y de nuevo, y siempre, muchas Gracias.