¿QUÉ SON?
Son consecuencia de una cicatrización inadecuada tras una incisión quirúrgica previa.
Son muchos los factores que hacen que aparezca una hernia tras una cirugía, sobre todo la infección de la herida. Además, la obesidad, edad avanzada, malnutrición, ascitis o problemas hepáticos y renales (uremia), el hematoma postquirúrgico, la tos crónica en los fumadores, la diálisis peritoneal, el embarazo y cualquier patología que cause una mayor presión intraabdominal.
¿QUÉ PROBLEMAS CAUSAN?
Una hernia incisional causa un aumento en el volumen del abdomen, en la zona donde existe una cicatriz previa (en el centro o línea media y sobre todo cerca del ombligo, usualmente).
En ocasiones no causa mucho dolor, pero si molesta cuando el paciente realiza su actividad física, al hacer esfuerzos, toser, etc. Al principio la masa puede desaparecer cuando el paciente se acuesta y es más visible al incorporarse.
Cuando una hernia no puede ser reducida, significa que ha quedado atrapada y entonces aparece más dolor, náuseas, vómitos, etc. En este caso se debe acudir sin demoras a un especialista.
¿DEBEN OPERARSE?
La única solución definitiva es la cirugía. Otras medidas paliativas no evitan el riesgo de complicación.
Se debe recomendar el tratamiento temprano, ya que una hernia estrangulada puede implicar un peligro para la vida.
El procedimiento para reparar una hernia incisional se llama hernioplastía, y supone reforzar toda la pared del abdomen debilitada con un material sintético o malla adecuada a cada paciente.
No todas las mallas son iguales ni causan el mismo efecto. Solo un especialista sabe que material debe ser el adecuado para su caso particular.
COSAS QUE DEBERÍA CONOCER Y PREGUNTAR
¿Quién le va a operar? ¿Conoce a su cirujano? ¿Sabe si es un experto en hernias?
¿Qué tipo de anestesia le van a hacer?
¿Que tipo de malla le van a poner en su barriga?
¿Puede operarse mediante Laparoscopia para que sea menos doloroso, con menos cicatriz, mayor bienestar y más fácil recuperación?
¿De qué tecnología se dispone?